Es por culpa de una rosa más rosa que roja que mi cuerpo se libera de la común fosa de las farzas...
Mas falta la espina que por alta no se alcanza y su pinchasos no amansan mis venas atlas de ríos de ocasos...
¿A quién el importa el clamor de amantes muertos vivientes?
¡Que atajen la puerta al zombie de ese amor que roza bailando!
Saca con calma el hueso de azucar clavado en la palma del gemido... mas rocíame con tu olvido mientras yo me defiendo queriéndote así...
martes, julio 18, 2006
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